La compasión
En pocas ocasiones reparas, si tienes o no un gran nivel de compasión, seguro que no te lo han preguntado en ninguna entrevista de trabajo y es probable que jamás hayas buscado esa cualidad en una persona. Sin embargo, si piensas en tu vida, y sobre todo en los momentos más difíciles, precisamente las personas que sintieron más compasión de ti son las que más recuerdas y aprecias.
La compasión no significa decir – pobrecito o pobrecita no pasa nada, o no te preocupes eso no es importante, o ya habrá más ocasiones -. En realidad, es todo lo contrario, la compasión es aceptar la situación, observar, identificar qué hay detrás y buscar siempre las opciones hacia una mejora en esa situación y sobre todo en la persona.
¿Qué es la autocompasión?
La compasión es una cualidad innata pero también es una competencia entrenable, y el primer paso es la compasión hacia tu persona, la autocompasión.
La compasión más difícil es la compasión a uno mismo o una misma, la autocompasión. Podemos observar las dos situaciones, gente que puede tener un buen nivel de autocompasión y poca compasión hacia los demás o por el contrario gente que tiene muy poca compasión hacia su persona y mucha más hacia los demás.
Al final, la esencia es la misma, solo puedes dar aquello que tienes. En algún punto del camino sentirás que estás dando más de lo que recibes o por el contrario sentirás frustración por no poder entregar más a los demás, por lo tanto, el primer paso es siempre la autocompasión.
Conecta con tu autocompasión y compasión a través del coaching espiritual, el coaching compasivo
Trabajo la autocompasión y la compasión dentro del marco del coaching espiritual, en concreto con el coaching compasivo. En mi experiencia como coach espiritual para poder trabajar a un nivel profundo con la autocompasión y la compasión son necesarias herramientas complementarias que permitan a la persona conectar con información y con emociones que de otro modo no podría.
En el coaching espiritual en general y en el coaching compasivo en particular, se genera un espacio que realmente te permite sacar el dolor y crear opciones de mejora que te lleven a una situación de plenitud. Hay una búsqueda de sentido a tu dolor, a tu necesidad, facilitando la sensación de autocompasión y aumentando tu compasión. Es imprescindible hacer primero tu viaje antes de poder ayudar a otros en el suyo, una vez lo logras, puedes incluso ser un faro para los demás.
Para Boyatzis, Smith y Van Oosten (2020)* El coaching compasivo es el que tiene una preocupación y un sentido de cuidar a la otra persona. Para estos autores, las personas que influyen en los demás son en primer lugar inspiradoras, tienen una atención y preocupación real por los demás, dan apoyo y motivan, ayudan a encontrar los propios sueños, son personas que tienen las características del coaching compasivo.
Mi propuesta va un paso atrás, a la autocompasión, en primer lugar, te abres a poder trabajar contigo y con aquello que más te limita, para luego realmente ser alguien que inspira desde su propio proceso, eres capaz de preocuparte por los demás, porque te has sabido preocupar de ti, y sabes cómo ayudar a los demás en sus sueños, porque tú has conseguido el más importante, sentir un gran bienestar en tu vida.
Proceso de aprendizaje en el coaching compasivo
En el marco del coaching espiritual, con el coaching compasivo sigues un proceso de aprendizaje:
- Para narrar tu propia historia.
- Para identificar qué hay detrás de ciertas situaciones de dolor.
- Para recibir información, mensajes y sensaciones de bienestar claves para ti.
- Para avanzar definitivamente hacia tu bienestar.
Disfruta de la oportunidad de preocuparte genuinamente de ti, siendo un ejemplo con tu proceso para los demás.
*Boyatzis, Smith y Van Oosten (2020) “Ayudar a la gente a cambiar”. Editorial Reverté, S.A. Barcelona.
